Pasión & Compasión para enfrentar la transformación digital Los dilemas que desafían al líder del siglo XXI

  • Susana Von der Heide
Publicado el 21 Nov. 2018

A través de mis ondas cerebrales, logré hacer bailar a robots. Fue en Singularity University, donde viajé al futuro pero con los pies en tierra muy firme.

Fue una semana intensiva, a ritmo exponencial, donde la capacidad de metabolizar toda la información, por momentos flaqueaba.

Cuando los robots “bailaban” al son de mi pensamiento, tuve mi propia experiencia de complementación con la tecnología. Lejos de vivirlo como amenaza, lo disfruté y pude descubrir una tremenda oportunidad.

Confirmé que nuestro porvenir incluye la relación H2M: HUMAN TO MACHINE. Humanos y tecnología como si fuéramos dos en uno, poniendo lo mejor de cada lado. Humanos nutriéndose de lo mejor que ofrece la tecnología.

El humano y el robot son más inteligentes juntos, cuando se complementan.

Inmediatamente sentí un irrefrenable entusiasmo por trasladar esa experiencia a otros dominios de mi vida y a la de otros. Compartí mis vivencias pero al hacerlo, escuché resistencia, miedo y escepticismo a mi alrededor.

Muchas veces resuena la palabra “tsunami” para describir “la furia del ritmo exponencial” que supone la transformación tecnológica, como si eso fuera desafiante o de alguna manera atractivo para todos por igual. Casi sin darnos cuenta de que quien se ahoga no disfruta.

¿Será que el cerebro humano metaboliza lento o nuestro sistema límbico busca protegerse de lo que percibe como amenaza?

¿Cómo no tener compasión por las resistencias y el miedo que, como humanos, nos invaden en esos momentos?

Así como la tecnología trae herramientas que cambian la gestión corporativa, las neurociencias aportan la comprensión del fenómeno humano más allá de las convenciones tradicionales.

La tensión entre la pasión y la compasión será un dilema a resolver por los líderes, dentro de los equipos, para enfrentar la transformación digital de esta época.

La compasión tiene un componente afectivo: el sentir, y otro cognitivo: el entender. La compasión no evita lo que va a pasar ni lo pretende. Es una manera de acompañar a QUIEN transita eso que pasa, aún cuando no se proponga cambiar su perspectiva.

Sin embargo, el líder en la era del ritmo exponencial no puede ponerse en piloto automático o esperar la respuesta adaptativa biológica e individual mientras el mundo avanza. El líder enfrenta el desafío de transformar y transformarse mientras avanza.

Se crean nuevos modelos de negocios y nuevas compañías. El líder debe responder nuevas preguntas.

La pasión, le otorga sentido al esfuerzo mientras acelera la evolución. Es el combustible para ser disruptivo, para triunfar y también para sobrevivir. La pasión es producto de nuestro mindset, que son las creencias que evitan la parálisis y convierten al miedo en capacidad de reacción y le da sentido al aprendizaje de lo nuevo.

El renacimiento de las compañías de cara a la digitalización tanto como la explosión de sus marcas no será consecuencia de poner en marcha procesos de mejora sino de reinventarse radicalmente.

Quien quiera para sí mismo un destino de transformación y progreso enfrentará la elección entre, ceder ante el “efecto elástico” que nos lleva a estadios anteriores dominados por el cerebro límbico, o tomar el riesgo de cargarse de pasión y, aún consciente de ello, reconstruir creencias para dar un salto al futuro.

¿Es el dilema que enfrenta el liderazgo de nuestro tiempo?

¿La tensión entre pasión y compasión equivale a la dicotomía
entre evolución y statu quo?

¡El debate queda planteado!

"Mi mayor desafío es identificar y revelar “qué hacer” para traer el Futuro al Presente en el Mundo del Trabajo".

Susana von der Heide - President & Thinking Partner - VON DER HEIDE


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El amor a las matemáticas

Es hora del amor y la belleza, por Hugo Ñopo
https://elcomercio.pe/opinion/colaboradores/hora-amor-belleza-hugo-nopo-noticia-575445

“El amor a las matemáticas es también colectivo, y quienes las amamos les tenemos un amor distinto al convencional: no las queremos solo para nosotros”.
(08.11.2018 / 11:30 am)

In memóriam Ramón García-Cobián y Juan Fernando Vega

Se ha opinado bastante sobre el ambiente de crispación en que vivimos. Da ganas de dar la contra y escribir sobre el amor. Lo haré para uno diferente, que pese a tener muchos enamorados, es en gran medida incomprendido: el amor a las matemáticas.

Todos nacemos con curiosidad matemática. Antes de aprender a leer aprendimos a contar. Nuestra necesidad de poner orden a este mundo es enorme. Nos gusta el equilibrio, la simetría y la armonía. Parte importante de las artes plásticas y la música se construyen sobre esa base.

Aquí un ejemplo. Se dice que dos cantidades están “en proporción dorada” si la razón entre la mayor y la menor es igual a la que hay entre la suma de las dos y la mayor. Esta definición, atribuida a Euclides, se ha utilizado desde hace mucho tiempo. El Partenón se edificó guardando estas proporciones. Se puede encontrar en la naturaleza, incluyendo el cuerpo humano.

Pero también es posible encontrar la proporción dorada en las composiciones de clásicos como Mozart, Debussy y otros. Artistas contemporáneos como Björk y Arcade Fire también han demostrado fascinación por el concepto y lo usan recurrentemente. ¿Magia? Parece, pero no. Es nuestra manera de apreciar la belleza en lo simétrico y armonioso. No en vano Henri Poincaré, uno de los más grandes matemáticos de la historia, apuntaba que en la creación matemática el elemento dominante es la estética.

La proporción dorada está mucho más omnipresente en nuestras vidas de lo que creemos. Aquí una prueba sencilla: construyamos la serie de Fibonacci. Elija dos números al azar. Forme un tercer número sumando los dos primeros. Ahora sume el segundo con el tercero para crear un cuarto número y así sucesivamente. De esta manera se obtiene una serie donde cada número es igual a la suma de los dos anteriores. Ahora divida cualquier número de esta serie entre el número que lo precede. Encontrará que esa razón converge hacia 1.618, sin importar el par de números con el que comenzó.

Este es un buen ejemplo de que lo más bello de las matemáticas son sus conceptos y la magia de lo que sucede cuando los manipulamos. Las matemáticas son estructuras de ideas formando un corpus maravilloso. Como en el país de Alicia, lleno de escondites y de caminos secretos que pueden conducir de un bosque a un salón, y de un mundo microscópico a otro gigantesco. Pero lo interesante es que aquello que a primera vista se revelaba como secreto, después del análisis se convierte en una verdad tan sólida como la mejor supercarretera.

Si el lector recuerda el álgebra de secundaria, podrá reconocer que la definición de proporción dorada de Euclides lleva a una ecuación de segundo grado. La solución positiva de esa ecuación es uno más raíz de cinco, dividido todo por dos. Tal número es 1.618, el mismo que se encuentra con la serie de Fibonacci. ¿Pasadizos secretos? Parece, pero no. Son las similitudes de las estructuras matemáticas.

Como bien se ha dicho, las matemáticas son la creación colectiva más bella que haya podido dar la humanidad. ¿O puede pensar en alguna otra en la que hayan colaborado tantas mentes a lo largo de tanto tiempo?

El amor a las matemáticas es también colectivo, y quienes las amamos les tenemos un amor distinto al convencional: no las queremos solo para nosotros. Nos da gusto que cada vez más la gente las aprecie y las ame.

Pero hay una verdad innegable. Son varias las personas que tienen pavor frente a las matemáticas. Es como si en algún momento de sus vidas la fascinación por el orden y la simetría se apagó. Los sistemas educativos tienen mucha responsabilidad en esto.

Mucha gente piensa que hacer matemáticas es hacer operaciones, procedimientos, secuencias de pasos, algoritmos. Las matemáticas no son eso. Pero es más sencillo evaluar si un estudiante siguió los pasos de un algoritmo y dio con la respuesta correcta. Así, los sistemas educativos redujeron la belleza de las matemáticas a los procedimientos y “lo evaluable”. En la medida que podamos revertir esto, las matemáticas podrán cada vez ser mejor apreciadas por todos.

Como habrán notado, casi no me he referido a la utilidad de las matemáticas, que es enorme. Pero, de eso, creo que no hace falta convencer a nadie.

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La proporción dorada también se inmiscuye en el equilibrio emocional de quienes la amamos, "sin querer queriendo" (como diría un excelente cómico mexicano) logra trascender su abstracta naturaleza en nuestra formación psíquica logrando modelar nuestra forma de concebir la vida, antes, durante y después de hoy (pasado, presente y futuro) haciéndola sistemática, ordenada y exhaustiva y la belleza que logras sentir es extraordinaria con la paz interior de alcanzar a vislumbrar "que no te equivocaste", "que no fallaste", "que acertaste".

Amo los números, amo las matemáticas.

Politizar la justicia o judicializar la política

Aunque el título de la disertación es otra, consideré atreverme a cambiarlo por lo impactante que es el que uso para ésta publicación. Nuestro desconocimiento por el ámbito jurídico (léase casación, apelación, deontología, tráfico de influencias, jurisprudencia, entre otras terminologías) puede jugarnos una mala pasada frente a las decisiones que como personas comunes y corrientes tomamos en momentos específicos y claves a su vez (elecciones, referendum), sin embargo Andrés Calderón hace bien en instruirnos e inmiscuirnos técnicamente y fuera del apasionamiento del espectro social, de la verborrea de pseudos abogados y de desgañitada forma, dizque, de brindar apoyo. Es decir, un poco de "ubicaina".

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“Crímenes políticos”, por Andrés Calderón
05.11.2018 / 02:30 pm - El Comercio

Uno puede argumentar jurídicamente que Keiko Fujimori sí cometió el delito de lavado de activos. También puede sostener que la conducta imputada a Keiko y Fuerza 2011 (hoy Fuerza Popular) de recibir dinero de Odebrecht y ocultar su origen no califica como delito. Ambos puntos me parecen válidos en el debate. Lo que sí resulta una oda a la ignorancia (o al fanatismo) es afirmar que el proceso a Keiko –prisión preventiva incluida– es político.

La investigación del fiscal José Domingo Pérez ha sido prolija en la recolección de evidencias para sustentar que Fujimori y compañía recibieron dinero de Odebrecht y realizaron osados pero torpes esfuerzos para esconder su procedencia. Y fueron la propia Keiko y sus vasallos en Fuerza Popular quienes proporcionaron todas las armas para convencer a cualquier juez razonable de que esta agrupación estaba usando su poder político para obstruir un proceso judicial. Resultado: prisión preventiva.



Pero aquí no acaba el caso. La discusión trascendental se dará en la etapa intermedia y, eventualmente, en el juicio oral. Allí se definirá si Keiko, Yoshiyama y compañía conocían o debían suponer el origen ilícito de un aporte millonario y gratuito, premisa necesaria para un caso de lavado de activos. Se trata de un debate no acabado. Lo he conversado con varios penalistas a quienes respeto y todos coinciden al menos en ese punto: jurisprudencialmente, aún no se ha establecido un parámetro definitivo para presumir que determinado aporte sea de fuente ilícita.

Tan polémico es el asunto que tres instancias judiciales independientes no se animaron a rechazar la naturaleza potencialmente delictiva del ocultamiento de los aportes de Odebrecht en el 2011. ¿Cuándo? Cuando se dictó la prisión preventiva para Ollanta Humala y Nadine Heredia, y tanto la apelación como la casación fueron rechazadas.

Por eso, me causan gracia los “expertos” de Twitter que sueltan conclusiones contundentes ahí donde jueces y especialistas siguen discutiendo.

En opinión de este humilde columnista, y hasta lo que se conoce del caso, Keiko Fujimori debería salir libre por el delito de lavado de activos… pero sí debería responder por varios otros delitos que se le imputan. Y en esa cuerda floja se balancean otros miembros de Fuerza Popular.

No habría estado de más, entonces, que en esos cónclaves de política partidaria en Cieneguilla hubieran incluido unas cuantas sesiones de capacitación en derecho penal (y ética). Tipos penales como intimidación contra la autoridad, abuso de autoridad, rehusamiento o demora de actos funcionales, cohecho activo, tráfico de influencias, encubrimiento real, obstrucción de la justicia, falsa declaración en procedimiento y falsificación de documentos debieron entrar en el ‘syllabus’.

Quienes politizaron la justicia no fueron Pérez o Concepción Carhuancho, sino Becerril y Torres cuando pactaron sospechosas reuniones con el ‘hermanito’ Hinostroza, quien eventualmente vería el caso de Keiko. Fue Salgado, al amenazar (“no se está metiendo usted con cualquiera”) al fiscal Pérez mientras allanaba el local de Fuerza Popular. Fueron Figari, Letona, Bartra y demás ‘boticarios’ coordinando el blindaje a Chávarry e Hinostroza por una “cuestión de supervivencia”, como si fueran sus abogados defensores y no las autoridades que, se supone, debían analizar una acusación constitucional bajo el deber de imparcialidad.

Estas acciones serán investigadas y juzgadas no por su (in)corrección política, sino por su infracción a la ley y la Constitución. No es culpa de la ley que algunos políticos se comporten como si no tuvieran que rendir cuentas frente a ella. Como si la inmunidad durara para siempre. Fuerza Popular intentó politizar la justicia y lo único que consiguió fue judicializar la política.

A ningún país le conviene tener a sus políticos en la cárcel. Pero, menos aun, tener a políticos criminales fuera de ella.

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A decir de muchos como yo, peruano que cree en la decencia y en el actuar, también, en pos del bienestar común, nos sentimos defraudados, engañados y tomados por tontos en nuestras narices. ¿Es bueno o malo?, ¿nos sirve?, ¿nos hace daño?, son preguntas internas que cada uno podemos hacernos y es difícil hallar respuestas a éstos y otros cuestionamientos.

Difícil por que no podemos intervenir directamente.

Nos hace daño, la nación y el país se sustenta en el desarrollo económico y éste en sus instituciones estatales (ejecutivo, legislativo, judicial) y éstos tres no logran la armonía de establecer las prioridades de la nación.

Nos sirve de poco, hemos tenido una corrupción que descalabró el país y la hemos visto repetir.

Es bueno y malo a su vez. Malo porque nos hace daño y bueno porque podemos intentar establecer decisiones finales para que ésto acabe. Todavía hay gente con ganas de querer hacerlo.

Muy buena frase la de Andrés, para terminar la publicación y para conducirnos (yo diría, obligarnos) a analizar el espectro social, político y económico de los momentos actuales del Perú: "A ningún país le conviene tener a sus políticos en la cárcel. Pero, menos aún, tener a políticos criminales fuera de ella".

La fotosíntesis marina es más sensible a los nutrientes que a la temperatura

La fotosíntesis marina es más sensible a los nutrientes que a la temperatura
http://www.dicat.csic.es/dicat/es/noticias-2/noticias/711-la-fotosintesis-marina-es-mas-sensible-a-los-nutrientes-que-a-la-temperatura

El fitoplancton, ‘motor verde’ del océano, sostiene la vida marina. Un nuevo estudio ayuda a predecir su respuesta al calentamiento global Científicos de la Universidad de Vigo y del CSIC han analizado la respuesta del fitoplancton al calentamiento en condiciones de alta y baja disponibilidad de nutrientes.

Un principio fundamental en biología es que al aumentar la temperatura se acelera el metabolismo, lo que supone que los organismos captan y utilizan los recursos de forma más rápida. Desde hace tiempo se intenta confirmar este principio en el caso del fitoplancton marino, ya que estos microorganismos son el verdadero ‘motor verde’ del océano: realizan la mitad de toda la captación de CO2 por fotosíntesis que ocurre en todo el planeta, y su actividad fotosintética sostiene los recursos pesqueros y contribuye a la regulación del clima.

Si el aumento de temperatura acelera el metabolismo del fitoplancton, eso implicaría un aumento de su capacidad fotosintética y, en consecuencia, una mayor fijación de CO2.

Pero, tal como revelan científicos de la Universidad de Vigo y del CSIC en un  estudio publicado en la revista The ISME Journal del grupo Nature, la temperatura no es tan determinante como la abundancia de nutrientes.

“En condiciones óptimas, con elevada disponibilidad de nutrientes, la temperatura estimula la fotosíntesis del fitoplancton”, explica Emilio Marañón, profesor de la Universidad de Vigo y director del estudio. “Esto ha llevado a predecir que la fotosíntesis del fitoplancton podría acelerarse en el océano, que ha registrado en ciertas regiones un aumento de temperatura superficial de más de 2°C en los últimos 100 años”.

Sin embargo, continúa este investigador, “en la mayor parte de las regiones oceánicas, la concentración de nitrógeno es muy baja, lo que limita la capacidad del fitoplancton para crecer. Por ello decidimos investigar la respuesta del fitoplancton a la temperatura en condiciones de limitación por nutrientes”.

CON POCOS NUTRIENTES, LA TEMPERATURA APENAS AFECTA

Para comprobar el efecto conjunto de la temperatura y los nutrientes sobre el metabolismo fitoplanctónico, los investigadores midieron la fotosíntesis y respiración de tres especies cosmopolitas y muy abundantes en el océano (una cianobacteria, una diatomea y un cocolitofórido), mantenidas en cultivos de laboratorio bajo diferentes combinaciones de temperatura y suministro de nitrógeno.

Sus resultados mostraron que tanto la fotosíntesis como la respiración respondían fuertemente al aumentar el aporte de nitrógeno, mientras que el efecto de la temperatura era casi inapreciable. Estos resultados sugieren que la respuesta del fitoplancton al calentamiento variará geográficamente en el océano, en función de si en la zona hay más o menos nutrientes, principalmente nitrógeno.

Como indica Pedro Cermeño, investigador del Instituto de Ciencias del Mar del CSIC en Barcelona y participante en el estudio, “el aumento de temperatura estimulará el metabolismo fitoplanctónico en zonas productivas, pero apenas se notará su efecto en regiones con fuerte escasez de nutrientes, que suponen el 80% de la superficie oceánica”.

Según este trabajo, la respuesta de la productividad biológica del océano a los procesos de cambio global estará más dominada por los cambios en el aporte de nutrientes que por la temperatura.

Los resultados de esta investigación acaban de publicarse en la revista del grupo Nature The ISME Journal. El estudio ha sido coordinado por Emilio Marañón, profesor del Departamento de Ecología y Biología Animal de la Universidad de Vigo, y cuenta con la participación de María Pérez Lorenzo y Beatriz Mouriño, del mismo Departamento, y de Pedro Cermeño, del Instituto de Ciencias del Mar (ICMAB-CSIC) en Barcelona.

Esta investigación ha sido financiada por el Ministerio de Economía y Competitividad a través del Plan Estatal de Investigación Científica y Técnica y de Innovación.

Referencia:
Marañón E, Pérez-Lorenzo M, Cermeño P, Mouriño-Carballido B (2017) Nutrient limitation suppresses the temperature dependence of phytoplankton metabolic rates, The ISME Journal,  doi:10.1038/s41396-018-0105-1

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