¿HACIA DONDE VAMOS?
El futuro económico de la persona, de la
población y por ende de una nación depende, fundamentalmente, de dos variables
relevantes; la capacidad técnica con que se cuenta (software y hardware) y de
las decisiones políticas, sustentadas en lo anterior, en ése orden. Consecuentemente
se obtendrá el beneficio general.
Si el orden es invertido solo se logrará el
beneficio del grupo político, de turno, en el poder (o un beneficio fútil).
Las labores necesarias para trabajar en la
primera variable es definir las reformas estructurales para establecer el
potencial de crecimiento del país y para ello se hace necesario que haya
voluntad política de los actores principales del país, alcanzando el consenso
general, como trabajo sobre la segunda variable.
Las reglas de juego grisáceas actuales, en el
país (tensión política, corrupción a gran escala, enfrentamientos entre el
legislativo y el ejecutivo), definitivamente genera un clima de incertidumbre y
en consecuencia la disminución de la confianza empresarial (entiéndase; baja
inversión privada y reducción del crecimiento), sin embargo la inercia del
movimiento global no ha permitido colapso alguno, por suerte.
Esto no es nada nuevo, pero ver en las noticias el actuar del Juez Richard Concepción Carhuancho y luego, ver caminar hacia la cárcel, a personas que creía eran realmente influyentes, me
resulta difícil definir si en la colusión de “los poderosos de turno”; o no les
importa el desarrollo del país, o solo les importa “llenarse de dinero”, o predeterminan
que la población es tan ignorante y puede ser engañada con facilidad, “en sus
propias narices”.
Sería muy penoso conocer que son ciertas, no
solo una de ellas, sino las tres suposiciones, o más. Sería muy avezada la imágen, ¿nó?, con alevosía y premeditación.
Luego de más de 3 millones de años de
existencia del hombre, vale la pena hacerse dos preguntas; ¿el ser humano
evoluciona o involuciona?, ¿el hombre va hacia su crecimiento o hacia su
destrucción?. Solo la visión de la corrupción en el mundo actual (Lava Jato,
FIFA) es penosa, y si añadimos el cambio climático, aparentemente tendemos a la
destrucción del ser humano, sin embargo, surge una nueva pregunta, ¿podemos
evitarlo?. Yo diría que sí y la educación es la base primordial para ello,
“dejar que nazca una nueva generación humana y muera la anterior”, pero, ¿cómo
evitar la contaminación de la nueva?, tarea titánica la que le espera a los
padres, y ello por dos razones:
- Porque no podemos darnos el lujo de dejar en manos ajenas, el futuro de
nuestros hijos, y,
- Porque resultará más fácil dejar; “mejores hijos al mundo”,
que, “un mundo mejor a nuestros hijos”.
El futuro está en nuestras manos, actualmente (valga la redundancia).
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